La cinta de correr debe ser bien cuidada para garantizar que permanezca funcional por más tiempo del que lo haría de otra manera. Se deben inspeccionar de forma rutinaria las correas para asegurarse de que tienen la tensión y la posición adecuadas; también se deben lubricar los componentes móviles y limpiar la cinta de correr del polvo para evitar que se acumulen contaminantes. Además, haga controles de mantenimiento regulares para asegurarse de que no se manifiesten posibles problemas. Este tipo de mantenimiento no sólo ayuda a mejorar el rendimiento, sino que también garantiza que la seguridad de los usuarios sea priorizada, por lo tanto, permitiéndoles perseguir sus objetivos de aptitud física sin demoras.
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